Una de las cosas más sorprendentes de la física cuántica es el efecto de túnel cuántico.
Imagina que tienes una pelota de tenis y hay una pared alta y gruesa al frente.
¿Qué pasará si la pelota de tenis se lanza contra la pared?
Seguro rebote.
Mientras la pelota sea lanzada con una energía cinética menor que la energía potencial (fuerza) de la pared, la pelota no podrá atravesar la pared.
Es algo común en nuestro mundo.
Pero la historia de la pelota de tenis lanzada contra esta pared sería 180 grados diferente si viviéramos en un mundo cuántico.
Allí, la pelota de tenis puede penetrar la pared.
Sí, literalmente penetra, incluso cuando la energía de la pelota de tenis es mucho menor que la fuerza de la pared.
¿No te parece extraño?
No es física cuántica si no es extraño.
Una de las pruebas claras de este gran avance cuántico es la desintegración de las partículas alfa de los núcleos radiactivos.
Antes de ser liberadas, las partículas alfa estaban confinadas en un potencial nuclear de 25 MeV. Si bien solo tiene una energía cinética de aproximadamente 4 a 9 MeV.
Bueno, ¿qué tal si lo intentas?
La energía es menor que el potencial inhibidor.
En nuestro mundo, por supuesto, estas partículas alfa no podrán hacer nada.
Pero, afortunadamente, vive en el reino cuántico, por lo que tiene la oportunidad de atravesar las paredes altas y gruesas y podemos detectar y explotar la presencia de estas partículas alfa.
¿No es genial?
Pero hay una cosa más interesante.
Bien, se permite que las partículas alfa penetren en la pared potencial del núcleo atómico. Pero, ¿cuántas partículas alfa pueden penetrar esta pared? ¿Cuáles son las posibilidades de que escape una partícula alfa?
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Si lo comparamos con una escala humana, las partículas alfa que se han escapado han estado tratando de romper la pared potencial 10211021 veces por segundo durante 10 años.
Entonces, en este caso, la física cuántica enseña que la oportunidad siempre está ahí mientras lo intentemos.
Este artículo lo publiqué anteriormente en Quora World.